17 de septiembre 2018
Por algún rincón de la Libre Ibiza
Llevo un año y medio viviendo acomplejada y soy consciente que vivir no es el verbo adecuado.
He sobrevivido, he vagado, he estado sin estar.
Sentía que no era nadie, que no valía nada, que estaba defectuosa y que jamás me podría ni me podríais perdonar.
Algo en mí estaba mal y aún no sé realmente que pasó.
Pero me he odiado por ello cada día y me maldigo, me he tratado muy mal y de verdad que había llegado a un punto que ya no sabía qué hacer con toda esta rabia, culpa, tristeza y dolor que tenía dentro.
Es increíble como en un segundo te puede cambiar la vida, como un pensamiento te puede alejar de tu realidad y destrozarte.
Nunca había querido suicidarme.
Nunca hasta la Noche Vieja del año pasado.
Nunca hasta que Axel me dejó y me sentí muy pequeña y vacía.
Y nunca hubiera pensado que sería delante de ti.
Quería que tu sonrisa fuera lo último que viera en esta vida.
Puedo culpar al alcohol, aquel tren que venía a toda pastilla, a la confusión de mi cabeza, incluso te culpé a ti por no amarme y en un segundo me lance a la vía.
Lo recuerdo como si fuera hoy.
Te recuerdo a ti asustado, gritos, el impacto contra el hierro, la sangre y recuerdo esperar ver la luz, sentirme en calma, sentirme libre... Y no pasó.
No me has abandonado ningún día desde mi locura.
Cuando abrí los ojos en el hospital ahí estabas tú con mis padres y mis hermanos, cogiéndome la mano, tu cara de terror y alegría la tengo grabada en mi mente.
Siento que jamás te podré agradecer todo lo que has hecho por mí, me has aguantado este año y medio de mierda, de rabia, de borderías, de victimismo.
Me has querido incluso más, sin importarte que tu mejor amiga estuviera loca y encima le faltara un brazo.
Sí, no morí pero mi brazo izquierdo decidió que no quería estar conmigo, el tren me lo arrancó de cuajo.
Me arrepiento tanto de todo, de ser inmadura, de darme el valor que los otros me daban, de no saberme completa, y sobretodo de no hablarte abiertamente de mis sentimientos.
Y es ahora, en la lejanía que me atrevo, porque gracias a ti estoy viviendo de nuevo, gracias a ti me he atrevido a Soñar a lo Grande!
Gracias por arrastrarme hasta Ortigueira y darme alas para volar!
Hace dos semanas recibí tu carta y me emocioné, te imagino buceando con los ojos brillando de emoción, te imagino respirando hondo cada vez que cierras tu neopreno, te siento tan cerca que casi te huelo.
He empezado a escribirte esta carta doce veces y las he roto todas, quiero abrirme a ti, cómo tú siempre lo has hecho conmigo, nuestro amor por el mar nos unió, siento que nuestra conexión es especial y que siempre te he amado aunque nunca te lo haya dicho.
Siento que contigo puedo ser yo en todos mis estados, contigo la vida es fácil.
Incluso soñar y hacerlo realidad.
¡Y aquí estoy! recorriendo Ibiza, reconectándome con la naturaleza y descubriendo el Mediterráneo y ¡sola!
Estoy conociendo personas maravillosas, incluso he reaprendido a ir en bici y surfear!
Me siento feliz, aquí puedo ser quien quiera en cada momento, y no hay mayor mentira que una gran verdad, así que nadie se cree que me tiré al tren, unos piensan que nací sin brazo y otros que tuve un percance surfeando jejeje en verdad me da igual!
Aquí estoy aprendiendo a aceptarme, a reconocerme de nuevo, y vuelvo a bailar desnuda bajo la luna llena ¡¡ cómo antes!!
Néstor te debo mis ganas de vivir y me muero de ganas de abrazarte!.
Nos vamos a ver dentro de nada, y me ames o no, me dará igual porque eres mi amigo, mi hermano, mi compañero de vida y eso ya me hace feliz.
Te quiero, loco!
Liv.
- María CreeyCrea-
- María CreeyCrea-
Si quieres leer la carta que Néstor escribió a Olivia, haz click en la imagen. |
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