1 de 100: Helga- ¿Te imaginas?



Sé que no me abandonaste, sólo decidiste vivir la vida de otra manera, fui tu prioridad, éramos dos, siempre hemos sido dos y ahora lo sé.

Hace poco he sido consciente de quién eras, desde pequeña hablaba contigo, eras mi compañera de juegos, la que nadie más podía ver y sólo yo escuchaba.

Pero con el tiempo te olvidé, hacerse mayor implica cuestionar todas las certezas y verdades que el corazón siente, y se cuestionan porque son los mayores lo que dicen que es real y que no.

Tú sólo eras mi amiga invisible, algo que mi fantasiosa mente de niña había creado y al crecer debía de actuar como una mayor y así fue como te olvidé.

Pero eras real.

Tan real como que siempre has estado conmigo aunque no aparecías cuando estaba sola, siempre lo hacías cuando estaba rodeada de gente, te colabas entre ellos y me me sonreías, alguna vez te vi claramente, otras solo por el rabillo del ojo y otras te ignoré a conciencia.

Eras real pero no lo sabía.

En los momentos difíciles te sentía muy cerca y me inspirabas confianza y ternura.

Estuviste conmigo cuando di a luz a las mellizas y cuando las tuve en brazos entre risas y llantos te vi claramente, estabas a mi lado acariciando las cabecitas de mis pequeñas, te vi sonreír y sentí añoranza.

Y fue a raíz del parto, a mis 41 años que descubrí quién eras, ¡mi gemela!, la que se sacrificó por mi y decidió no nacer, mi otra mitad que siempre ha estado conmigo y no lo sabía.

Nadie sabía que veníamos dos a este mundo, así que nadie se extrañó cuando tu no naciste.

¿Te imaginas cómo hubiera sido nuestra vida juntas? ¿yo seguiría siendo yo? ¿hubiera vivido y decidido otra vida? no lo sé, pero si sé que hubiera sido una vida llena de risas.

Y lo veo en las niñas, me fascina la conexión que tienen, me encanta como se buscan, como se miran, como se abrazan, son tan pequeñas y tan consciente la una de la otra, que me avergüenzo de no haber sabido y sentido quién eras.

Hermana deseo que estés en mi vida siempre, a partir de ahora todo volverá a ser como cuando éramos pequeñas y jugábamos con los muñequitos, a partir de ahora vamos hablar, reír, llorar y vivir juntas.
Tú en la Luz y yo en la Tierra.

.Helga.


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María CreeyCrea
Agosto'18

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